Deseo amarte como jamás nadie te amo.
Entregarte entero mi corazón,
embriagarte con mis besos,
aprisionarte entre mis brazos,
enloquecer con el ardiente fuego de tus
manos sobre mi piel
quemando y reviviendo el alma
como si fuera el ave fénix despojando mi propia
voluntad.
Tócame, abrázame, bésame hasta que haya revivido
mil veces más,
y en cada gemido ahogarte con esta pasión y deseo
agobiante lleno de éxtasis.
Es así es como deseo amarte cosita mía,
reencontrarte en cada
una de esta vida,
esperar el momento para tenerte de nuevo entre
mis brazos,
oler el perfume de tu piel recién bañado,
con esa naturalidad que solo tú sabes tener,
respirarte hasta tenerte en lo más profundo de mis
pulmones
que lo único que se
pueda percibir sea eso,
tu esencia, tu humor, saciarme,
y después de llenarme podré vivir de nuevo.
Hombre de mi vida, mi amor soñado, mi dulce
Papacito deseado.
Si piensas que ya no puedes más,
mójame con todos tus recuerdos y no dejes de llorar.
Grita desde adentro
todo el amor que me
arrastra a ti.
Enrédate en mi
cuerpo, atrévete a volar.
Pero no te sueltes ni
me dejes ir.
Abrázate a mi
cintura,
abrázate a la ilusión como un ser que ha perdido
la memoria.
Eres el hombre que
siempre soñé viviendo en un sueño
que es más bello que la realidad
en esta tierra donde la belleza eres tú.
Autora. Rosalía. R.R.
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