He llegado a los cincuenta con
una vitalidad natural creyéndome la más linda de todas, Soy mujer en toda la
extensión de la palabra. Quizá no una mujer convencional, de esas que te
encuentras en cualquier lugar. Soy una
mujer que le encanta soñar. Sueño con mis pies bien puestos sobre la tierra,
segura de que no voy a tambalear si un anhelo se quebranta en medio de la
turbulencia de mi viaje. Sueño, y así sonrío. Sonrío esperando que cada día
venga a mí, lleno de oportunidades, ya sean espontáneas o incluso esas que yo
misma puedo aprender a tejer y fabricar. Soy mujer, Soy completa en todo
aspecto. Quienes han llegado a conocer mis múltiples facetas sabrán que la
exageración sobre mí misma no va con mi personalidad. Es más, tiendo a ocultar
la mayoría de mis facetas bajo la superficie, como un iceberg flotando en medio
de los mares del norte del planeta. Por todo esto y más, me considero completa.
Soy mujer completa. No me gustan los términos medios. Quien quiera
conquistarme, debe saber eso. Si quiere algo conmigo, no será solo por el
momento, jamás será solo un juego. Yo no quiero algo solo porque sí ¡Quiero el
paquete completo! Sé que he de esperar tanto como sea posible y poner en
práctica esa paciencia que me caracteriza. No me importa si es alto, bajo,
gordito, delgado o atlético, Africano, blanco, japonés, árabe Europeo. No me
podría importar menos el color de ojos, la tez
o cabello. Lo que sí marca la diferencia será que tenga metas, tenga
sueños, tenga planes con su vida, que no se conforme con cualquier cosa para
vivir. Quiero un hombre completo, no un hombre cualquiera, ni una media
naranja. Quiero que esté lleno de vida, que comparta mis valores, que comparta
mis anhelos, que comparta su felicidad conmigo. Le amaré con todo eso y mucho
más. Le amaré por completo, no a término medio. Esplendidos cincuenta años. Me
aferro a mí misma, donde la verdadera existencia está en mi interior. Autora. Rosalía. R.R.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario