Viviendo un poco más que ayer.
Siento que aún tengo
infancia
en la piel.
Algunas veces lloro y no hay
quien me consuele.
Pido ayuda a las paredes y ellas
silenciosas oprimen mi esencia
sacando el vacío que no hace falta.
Mis arrugas ya no tienen letras
Pero llevan el equipaje lleno de
cicatriz como hojarascas sin vida
que una vez fueron preludio en el
verde de los árboles.
Amo las arrugas que día a día
amanecen en mi piel.
son como una coraza que me
protege del miedo.
Cicatrices que forjaron mi carácter
y que al cerrarse endurecidas en
mi piel, se han convertido en
una guerra continua contra los
obstaculos. No necesito más.
Me miro de nuevo en el espejo
es hora de salir a
pelear con
cicatrices, arrugas que en ellas
voy dejando amor y
desamor,
quimeras y querellas que a su paso
envuelve el alma enardecida.
Todo se enmudece y el silencio
traspasa la ventana
tras la cicatriz de
un viento enmohecido
que pretendió
romper la calma. Pero la respuesta está
en la profundidad infinita de nuestra
conciencia en el
fondo del propio ser
allí donde duerme
nuestra más interna
esencia, nuestro ser indestructible.
Ese yo desnudo que es la raíz de nuestro
Ser.
Autora. Rosalía. R.R.
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