Al pronunciar tu nombre,
mi sangre se agita
quemando el pulmón al
sentir tus manos tibias
sobe mi piel...
La noche está inquieta,
perfecta para cometer delito
escribiendo un poema o ser
victima de caricias prohibidas,
intensas, escalofriantes,
fulminantes estremeciendo
mi cuerpo...
Nadie como tú,
te amo desde el primer día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario