mi complemento perfecto.
Pero no sabes cuánto duele la
nostalgia al tenerte y no tenerte
el amarte noches enteras
despertando en desconsuelo.
Llorar la ausencia con la almohada.
Cierro los ojos y veo
que solo existen
unos centímetros entre tus labios
y los míos.
Me alimento de ti,
de tu abundancia,
porque casi sin ruido
cae tu ofrenda en mi boca.
Ojala pudiera quedarme
dormida entre tus
sentimientos
y no necesitarías escribirlos,
pronunciarlos,
ni tan siquiera pensarlos.
No, para qué,
si al concebirlos en tu alma
yo podría alumbrarlos
entre mis latidos
como una caricia cálida
justo cuando el hielo
comienza a importunar
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